Me gusta jugar con la geometría y las matemáticas como ciencia cargada de contenido simbólico, como son los elementos que describe esta danza.
El bailarín debe estar física y mentalmente conectado con su eje, manteniendo el anclaje a tierra con un pie, sobre el que gira, describiendo círculos que se repiten rítmicamente, en una ceremonia mágica que puede durar desde minutos a horas, manteniendo la posición en el mismo lugar o haciendo movimientos de translación.
El cuadrado, base sobre la que gira el pie izquierdo, simboliza la tierra (cubo de los sólidos platónicos), lo limitado, el punto de anclaje del eje del círculo.
El círculo: la perfección, utilizado desde los babilonios para medir el tiempo, sucesión continua e invariable de instantes todos idénticos unos de otros. Símbolo del mundo espiritual, invisible y trascendente, con gran valor mágico, siendo el cielo, y el sol y el oro de la alquimia. El soplo de lo divino.
La unión entre el círculo y el cuadrado da lugar a la rueda: el devenir, la evolución, los ciclos, la creación continua, las repeticiones y renovaciones.
La rueda sagrada, que al girar sobre sus 3 ejes forma la esfera, símbolo de lo celestial o la psique, según Platón. Bóveda infinita que contiene el cielo, el sol, la luna, las estrellas y los planetas: “El mundo es una rueda dentro de una rueda, una esfera dentro de una esfera” (Nicolás de Cusa).
El bailarín debe estar física y mentalmente conectado con su eje, manteniendo el anclaje a tierra con un pie, sobre el que gira, describiendo círculos que se repiten rítmicamente, en una ceremonia mágica que puede durar desde minutos a horas, manteniendo la posición en el mismo lugar o haciendo movimientos de translación.
El cuadrado, base sobre la que gira el pie izquierdo, simboliza la tierra (cubo de los sólidos platónicos), lo limitado, el punto de anclaje del eje del círculo.
El círculo: la perfección, utilizado desde los babilonios para medir el tiempo, sucesión continua e invariable de instantes todos idénticos unos de otros. Símbolo del mundo espiritual, invisible y trascendente, con gran valor mágico, siendo el cielo, y el sol y el oro de la alquimia. El soplo de lo divino.
La unión entre el círculo y el cuadrado da lugar a la rueda: el devenir, la evolución, los ciclos, la creación continua, las repeticiones y renovaciones.
La rueda sagrada, que al girar sobre sus 3 ejes forma la esfera, símbolo de lo celestial o la psique, según Platón. Bóveda infinita que contiene el cielo, el sol, la luna, las estrellas y los planetas: “El mundo es una rueda dentro de una rueda, una esfera dentro de una esfera” (Nicolás de Cusa).
